Esto se explica según el biólogo A. Kacelnik de la Universidad de Oxford, debido a que las aves ponen huevos y estos son incubados fuera del cuerpo, ambos sexos tienen la capacidad de cuidar y alimentar a las crías.
Entre algunos ejemplos se observa la conducta fiel del albatros, el cual se une a la hembra escogida para toda la vida y una vez esta muere, el albatros no vuelve a aparearse jamas.

Algunas aves como la cotorra puertorriqueña (A. vitata vitata), eligen un compañero para toda la vida. Esta ave actualmente se encuentra en peligro de extinción y se realizan esfuerzos en dos viveros (uno en el Bosque estatal El Yunque y otro en el Bosque de Rio Abajo en Utuado) para aumentar los números de la especie. La iguaca como le llamaban los tainos, elige un compañero para reproducirse y se mantiene junto a el durante mucho tiempo. Solo se separan durante la incubación cuando el macho entonces sale en búsqueda de alimento.

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